¿Qué son los medicamentos de alta especialidad?
Los medicamentos de alta especialidad son aquellos que están hechos específicamente para ciertas enfermedades crónicas o degenerativas y que requieren de un tratamiento especial.
Estos fármacos necesitan al mismo tiempo un almacenamiento, distribución y entrega muy específica. Así mismo, su forma de administración puede ser variada, ya que pueden ser vía oral, inhalado, inyectado o a través de infusión. Específicamente todos estos medicamentos deben ser indicados por un médico certificado capaz de expedir dichos fármacos a través de una receta médica.
Desde otra perspectiva, un medicamento especializado es aquel que tiene como característica principal un control médico, que va desde el tipo de conservación que debe de tener el producto, y sobre todo un control regulado de las dosis que se debe administrar, ya que es variable en cada paciente; pero en todas las situaciones es necesario llevar un monitoreo, y en la mayoría de los casos,un seguimiento clínico por un doctor certificado, y la acreditación de las autoridades de salud del país.
Usualmente, los medicamentos de alta especialidad son costosos y se producen cantidades limitadas, por lo que su disponibilidad puede ser escasa y su distribución puede estar restringida, lo cual puede generar desabasto.
Las enfermedades consideradas como Gastos Catastróficos son aquellas definidas y priorizadas por el Consejo de Salubridad General por su alto costo y los gastos que se derivan de sus tratamientos y medicamentos asociados, debido a su grado de complejidad o especialidad y la baja frecuencia con que ocurren. Por ejemplo: los cuidados intensivos neonatales, los cánceres y las enfermedades metabólicas.
Dentro de estos medicamentos de alta especialidad podemos encontrar los siguientes grupos:
- Oncología
- Traumatología
- Hematología
- VIH
- Neurología
- Reumatología
- Infectología
- Ginecología
- Obesidad
- Endocrinología
- Cardiología
Estos grupos cuentan con enfermedades cuyo tratamiento puede ser considerado de largo plazo, pero por mencionar algunas que se pueden indicar bajo alta especialidad pueden ser: cáncer de mama, de próstata, pulmón, lupus, diabetes, VIH, hepatitis C, por poner algunos ejemplos.
Al ser medicamentos de alta especialidad, requieren de un control médico estricto para regular las dosis que se deben de tomar, por lo tanto sólo mediante receta pueden ser adquiridos. Regularmente por ello su costo es más elevado (costos de producción más altos) y sólo se pueden adquirir en farmacias especializadas.
¿Cómo comprar medicamentos de alta especialidad ?
Debido a que están dirigidos a tratar enfermedades muy específicas, no todas las farmacias cuentan con este tipo de medicamentos.
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Evitar la automedicación
La automedicación es la utilización de medicamentos por iniciativa propia sin ninguna intervención por parte del médico (ni en el diagnóstico de la enfermedad, ni en la prescripción o supervisión del tratamiento).
La automedicación es un hábito común en nuestra sociedad y no está exento de riesgos: utilizamos medicamentos para el dolor de cabeza, para problemas gástricos, para relajarnos, para la tos, para la alergia, etc.
La automedicación responsable puede ser conveniente si se utiliza para tratar síntomas menores como el dolor, la fiebre, la acidez de estómago, el resfriado, etc. y durante un tiempo limitado.
De hecho existen medicamentos que no necesitan receta médica
Reacciones Adversas a medicamentos de alta especialidad
Las reacciones adversas a medicamentos (RAM) son causa de hasta el 12% de ingresos hospitalarios, además de agravar el estado clínico de los pacientes hospitalizados, debido a que son más vulnerables a desarrollar RAM, dada sus condiciones fisiopatológicas y a la polifarmacia a la que están sujetos. En este contexto es importante conocer la incidencia y características de las RAM, como elemento importante en la seguridad del paciente hospitalizado.
La Salud es un derecho y necesidad de todas las personas, y que el preservarla y conseguirla, debe siempre contar con alternativas efectivas y eficaces que no deriven en una situación de déficit patrimonial de los pacientes ni de sus familias.